Aislamiento insuflado o inyectado

El insuflado es un proceso que permite la inyección del aislamiento en poco tiempo en las paredes de edificios de cierta antigüedad, ya sean residencias, comerciales o industriales.

El proceso de insuflado se realiza rellenando la cámara de aire de la fachada a través de pequeños agujeros realizados en la fachada, tanto por el interior como por el exterior de esta, según convenga en cada caso. Por tanto, se requiere que la pared disponga de cámara de aire e inspeccionar las dimensiones de la misma.

Su precio asequible se rentabiliza en poco tiempo gracias al ahorro en costes de energía para calentar la vivienda en invierno o enfriarla en verano. Pero tiene más ventajas:

  • Rapidez: en pocas horas se puede aislar toda la envolvente de la vivienda
  • Sin obras: se insufla a través de pequeños orificios en la fachada, sin requerir la demolición de muros
  • Limpieza: no se genera suciedad en la instalación y la pared queda intacta tras tapar los orificios
  • Ahorro: en costes de instalación, pues no requiere derribar las paredes, y en la factura energética, al mejorar el aislamiento térmico de la estancia

Los materiales más adecuados para insuflar son las perlas de EPS y la lana mineral:

  • Insuflado de bolitas EPS

    Se trata de bolitas de EPS (poliestireno expandido) recubiertas de grafito, de 4-7 mm de diámetro, que se inyectan en cámara mediante insuflado.

    Muy recomendable este material para cámaras de aire o tejados donde se quiere fijar el aislamiento al lugar de aplicación.

    La presión hace que el material se distribuya de manera homogénea y cubra todas las cavidades gracias a su pequeño tamaño.

    Las perlas de EPS se adaptan muy bien a pequeñas cavidades y forman un aglomerado que se endurece en pocas horas, asegurando una correcta instalación, fijación y asentamiento del producto.

 

  • Insuflado de lana mineral

    Este material ofrece unas excelentes características térmicas y acústicas unidas a su óptimo comportamiento frente al fuego.

    Su estructura fibrosa le permite albergar aire casi inmóvil en su interior, lo que le confiere grandes propiedades como aislamiento térmico, mientras que su composición porosa le aporta excelentes propiedades acústicas.

    Destaca por ser un material incombustible (clasificación A1 en su reacción frente al fuego) que lo convierte en uno de los principales aislantes ignífugos en la protección pasiva contra incendios.

    Puede aplicarse mediante insuflado en cámaras de aire de fachadas y falsos techos.